Proyecto Creo en Baja

De Frontera.
Tijuana cantó. Cerca de 12 mil personas se entremezclaron con el bel canto, antifaces, danza, arlequines y arte en la sexta edición de Ópera en la Calle.

Después del medio día del pasado sábado, los tijuanenses poco a poco llegaron a la emblemática colonia Libertad en donde había que ser valiente para enfrentarse a los ardientes rayos del Sol, y astuto para mitigar el calor con una sombrilla, bebida refrescante o simplemente jalar una de las sillas, colocadas frente al escenario principal, hacia la poca sombra.

Con retraso el programa musical inició, los participantes derramaban sudor, sus trajes eran ajustados no aptos para el calor de ese día, hasta las pianistas tuvieron que usar lentes de Sol para descifrar sus partituras.

Casi a las 16:00 horas el festival de ópera fue inaugurado; brillaron por su ausencia autoridades de primer nivel, quienes a diario pregonan que la cultura es la redentora de la sociedad.

Cuando el Sol se ocultó, las calles Octava, Pino Suárez y Aquiles Serdán se saturaron de personas, niños de la mano de sus padres o en carriolas, parejas, grupos de amigos, familias completas, abuelos, hijos y nietos.

Todos juntos bajo un manto de tranquilidad en donde no sonó una sola sirena de patrulla, hubo pocos elementos de seguridad municipal y unos cuantos privados que una que otra vez bostezaban por la inactividad.

Cómodos en sillas de plástico, en el piso o parados, atentos los asistentes se adentraron al arte operístico, se contagiaron de la adrenalina del espectáculo en vivo y reconocieron con varias dosis de aplausos el talento tijuanense.

Los cuatro actos de la obra “La Bohéme” de Giacomo Puccini y el primer acto de “La Traviata” de Giuseppe Verdi, enmarcaron el cierre de la fiesta de ópera, casi a la media noche.


De nuevo; este evento logra su objetivo de reunir a la comunidad y difundir para el agrado de los mismos la riqueza del arte.